domingo, 14 de diciembre de 2008

¡Qué vienen los talibanes!

Manuel Ureste / Diplomacia Exprés
Ojo, que vuelven los talibanes. Y es que, mientras todo el mundo habla de la sangrienta puesta en escena en Irak, y de cuándo va a sacar Barack Obama a los marines de las calles polvorientas de Bagdad, Faluya, o Tikrit, los radicales islamistas están aprovechando el desvío de atención para extender su presencia permanente, atención a este dato, en el 72 por ciento del territorio de Afganistán.

Por tanto, nada en absoluto está resuelto en el que fuera el primer conflicto global surgido como consecuencia directa del atentado del World Trade Center en Nueva York, y del apoyo prestado por el régimen talibán a Osama Bin Laden y a sus muchachos de Al Qaeda.
Estados Unidos, por su parte, ya ha anunciado que enviará 7,000 soldados más para intentar poner las cosas en su sitio. Aunque a sus socios, como es el caso de España, eso de mandar más tropas a Jalalabad no les acaba de parecer muy buena idea, debido al incremento notable de la actividad terrorista en el territorio afgano.

"Nada está resuelto en el que
fuera el primer conflicto global
surgido como consecuencia
de los atentados del 11-S"
Sin embargo, lo realmente preocupante y deprimente de este caso es que, como señala el informe del Consejo Internacional de Seguridad y Desarrollo (ICOS), a pesar de las enormes sumas de dólares (y euros) invertidas en la reconstrucción material, política y social del país, los talibanes vuelven una y otra vez a hacerse fuertes en el día a día de la población. Especialmente, debido a que, por mucho que los miembros de la coalición decidan allá en Nueva York, Londres o Washington, mandar rangers, marines, ratas del desierto, o soldaditos de plomo si quieren, el problema está en que el despliegue de la fuerza militar no tiene impacto en las comunidades locales. Allá donde, precisamente, la insurgencia se divide y camufla presentándose como la única salvación ante la pobreza y el ‘abuso’ de las fuerzas occidentales, contrarias al Islam y al mundo musulmán.

"El gran error de la 'Guerra contra
el Terror' fue caer en el convencimiento
de que el problema del terrorismo
internacional podría ser solucionado
a base de misiles Tomahawks"
Y lo mismo sucede con Irak. Y con toda la denominada Guerra contra el Terror desplegada por la Administración Bush. Cuyo principal error siempre fue el considerar que el problema del terrorismo internacional se podía solucionar a base de Tomahawks y soldados vigilando la vida de las gentes en la calle. Afganistán, ¡ocho años después! es la confirmación de este tremendo fracaso.

Pero que nadie se espante. Esto ya lo han dicho millones de veces los expertos y lo han reconocido hasta los propios políticos. Es decir, no estamos descubriendo nada nuevo, ni la solución al problema de este conflicto asimétrico. Sin embargo, no deja de llamar la atención que Estados Unidos, junto a sus aliados de la OTAN y Naciones Unidas, sigan erre que erre con la misma estrategia desde 2001, la cual se resume en una premisa muy sencilla: manden más soldados! (y dólares, claro).

Mientras tanto, los talibanes siguen a lo suyo, recuperando ya hasta el 72 por ciento del territorio perdido tras la Operación Justicia Infinita y frotándose las manos ahora que parece que se va a rebajar la tensión militar con la llegada de Obama. El cual, por cierto, esperemos que tome la decisión de expandir su centro de atención más allá de las dimensiones militares tradicionales, y que por el contrario, se centre más en las necesidades de las comunidades y en las gentes del pueblo, ésas que sufren las consecuencias... por uno y otro bando.


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